Para todos es conocido que la familia ha sido la institución que más cambios ha sufrido en los últimos tiempos: es más pequeña, más nuclear, la mujer ha salido del hogar para trabajar fuera de él. Paralelamente, la globalización ha permitido un mayor acceso a información y contenidos que, por un lado facilitan la adquisición de conocimientos y cultura, pero que por otra, pueden entorpecer o directamente atentar con la formación de la población. Entonces, ¿qué pasa con el niño que se está educando? ¿Quién lo forma como individuo? ¿quién le entrega las herramientas para desarrollar sus habilidades personales y no tan sólo para las matemáticas o el lenguaje? ¿quién le enseña que él vale y que los demás también, aunque sean muy diferentes? Todo eso y otras enseñanzas han quedado, en muchos casos, en tierra de nadie.Es por eso que hoy se hace indispensable que el colegio y la familia trabajen juntos por el desarrollo de los escolares. Que el colegio se haga cargo no tan sólo de la educación en contenidos académicos, sino de formar en valores a los educandos y colaborar, a su vez, a la formación de los padres en la educación de sus hijos. Por otro lado, es necesario que la familia, al elegir el colegio más adecuado para sus hijos (el que comparte de mejor forma los ideales correspondiente a su proyecto de vida familiar), se comprometa a participar activamente en éste y a apoyar a los estudiantes.
Esto, no siempre es fácil. De aquí nace la necesidad de elaborar un proyecto de “Inserción de la Familia en el Colegio”, en el que se reconozcan las diferentes etapas de la familia, las diferentes instancias de coordinación entre ambas instituciones, los roles en formación y educación tanto del colegio como de los padres y que contemple la capacitación adecuada a personas que dirijan o acompañen, desde el colegio, a sus familias. (http://www.ignis.cl/familia_colegio/famcol_inicio.htm#top)
